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miércoles, 14 de octubre de 2015

La erección masculina: cuando tus pantalones hablan por ti


Mañaneras, nocturnas, buscadas, incontroladas… La erección masculina puede aparecer cuando menos te los esperas, en muchas modalidades y, cuando lo hace, marca presencia y no deja lugar a dudas de que está ahí. Vamos, que, en ese momento, tus pantalones hablan por ti.
En ocasiones, tener una erección no es algo tan inexplicable y no es difícil conocer su causa. En otras, en cambio, no tendrás forma de justificarlas. Pero una cosa está clara: si tienes la tienda montada, siempre podrás relacionarlo con un símbolo de virilidad y de estímulo sexual, cual miura.
¿En qué consiste la erección masculina? Cuando el hombre se excita por ver, pensar, soñar, oír, oler o tocar algo, sus neuronas se van alegrando unas a las otras y deciden comunicarle al pene mediante una señal estimulante que debe ponerse firme. La sangre no lo ve ni venir y decide concentrarse en esa área, porque la unión hace la fuerza, y los músculos de la base del pene y del perineo deciden unirse a la fiesta, se contraen y ayudan a elevarlo. Es en esta gloriosa forma cuando el pene clama ser admirado y su fisonomía puede ser mejor apreciada.
Lo más común es sea el propio hombre el que desee, busque y provoque la erección masculina; pero en muchas ocasiones, parece que al amigo de “Barrancas” le gusta ir por libre. Seguro que sabes de lo que hablamos. ¿Cuántas veces te has visto con todo el chiringuito montado en el momento más inoportuno? ¿Cuántas veces te han pillado con el mástil preparado y gritando “¡Todo erecto!”? ¿Cuántas veces has pedido que se lleve de moda la coquilla?
Las erecciones masculinas mañaneras son sin duda las erecciones involuntarias por excelencia. Son el “buenos días”, el “oh là là” o el “oh capitán, mi capitán” que anuncian un buen día y, si hay suerte, hacen el preludio de una buena sesión de sexo matutino; llegan sigilosas, durante las horas de un muy apetecible y sueño posiblemente subido de tono. Sin embargo, no todo el monte es orégano y diversos estudios apuntan a motivos fisiológicos naturales inherentes a la naturaleza masculina que nada tienen que ver con lo sexual. Siguiendo esta teoría, la erección mañanera se debería más bien a una reacción natural del cuerpo para proteger los tejidos de la zona perineal que a sueños húmedos.
Y peor aún, también hay erecciones masculinas involuntarias que nada tienen que ver con motivos sexuales, sino con problemas de salud. Debido a problemas neuronales u otro tipo de enfermedades, puede ocurrir que la sangre se estanque en la zona del pene, provocando erecciones involuntarias que, de hecho, pueden resultar muy dolorosas.
Aunque sabemos que tu erección preferida es aquélla en la que tú has elegido el lugar, el momento y el estímulo adecuado, asúmelo: tu “mini yo” también se tomará licencias de vez en cuando y generará erecciones con total rebeldía e independencia. Entonces sólo te quedará la opción de disimular la erección como buenamente puedas. ¿o no? ¡Disfruta de ella! ¿No dicen que donde caben dos caben tres?

PUBLICADO POR Raquel Martínez Priego

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