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martes, 16 de abril de 2013

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El sexo en las relaciones largas…
 Estas diferencias las podemos evidenciar en la manera en como hombres y mujeres experimentamos nuestra sexualidad y en cómo se nos despiertan los estímulos sexuales. Por ejemplo, el canal principal de los hombres es el estímulo visual, mientras que nosotras respondemos mejor con otros sentidos como el tacto, por medio de las caricias y las demostraciones de afecto. Para el hombre es suficiente una imagen erótica para despertar el deseo: unos senos prominentes, unas nalgas sobresalientes, una imagen publicitaria de una mujer en traje de baño. Aunque para nosotras las nalgas prominentes y los hombres con el abdomen demarcado también resultan bastante atractivos, para la mayoría de mujeres son indispensables la seducción y el preámbulo afectivo para despertar el deseo. En consulta he observado que muchas parejas que llevan ya años de convivencia, se han olvidado del recurso de la seducción, el deseo se ha apagado por completo y el sexo ha quedado de lado porque ya no les apetecen las relaciones sexuales con su pareja. Esto puede deberse a muchas razones como la falta de tiempo, la maternidad, la crianza de los hijos, las responsabilidades laborales, la falta de autoestima, la menopausia y las crisis económicas, entre otras razones. Pero lo que realmente inhibe el deseo es la monotonía. Generalmente los hombres esperan a que las mujeres respondamos de manera rápida a su necesidad sexual, pero nosotras no logramos fácilmente la excitación sin que ellos nos seduzcan, nos contemplen y nos dediquen tiempo como lo hacían antes. Las consecuencias de ésta desigualdad finalmente conlleva a que alguno de los dos o ambos en algunos casos, terminen por aburrirse de hacer el amor y el sexo pase a un segundo plano. Desafortunadamente cuando esto sucede y la monotonía toma control, el acto sexual pierde su encanto y se convierte en un deber, en un “tener que” para que el otro esté satisfecho y en parte del comportamiento mecánico y rutinario de la pareja. Para evitar que las cosas lleguen a estos extremos, la creatividad y la buena comunicación sexual con la pareja son fundamentales . Especialmente la comunicación en el campo sexual es muy importante, ya que por medio del lenguaje verbal y no verbal podemos transmitirle al otro nuestras necesidades, nuestros gustos, nuestras preferencias, nuestros estados anímicos, nuestras incomodidades, nuestras fantasías, nuestras ganas y el derecho a nuestras ‘no ganas’ cuando definitivamente no las tenemos. Si el espacio para la comunicación abierta en la relación de pareja se establece y se cultiva, siempre habrá conexión, respeto, comprensión y la sexualidad se mantendrá viva a pesar de que existan diferencias. Por otro lado, la creatividad es una herramienta indispensable en las relaciones sexuales. Es el arma perfecta para vencer la monotonía debido a que abre las puertas de la fantasía y rompe con la rutina. La creatividad permite que el deseo se mantenga vigente haciendo que las sensaciones y las experiencias sexuales sean siempre nuevas, diferentes y motivadas por la curiosidad. Consejos para avivar la llama de la pasión Sal del espacio de la habitación y experimenta el sexo en otros lugares de la casa como la cocina, la tina, la sala, el depósito, el auto o incluso pasando la noche en un hotel, cambiando la cama por una silla, una hamaca, la alfombra de la sala, una mesa, una pared, etc., son algunos consejos para que le des rienda suelta a tu creatividad y vivas con tu pareja una sexualidad emocionante. Así mismo usar diferentes posiciones y experimentar con los sentidos, son buenos aportes para abrirle espacio al erotismo. Adecúa los ambientes, combínalos con buena música y buena comida, lánzate a prender la chimenea y a utilizar ropa interior sexy, cúbrele los ojos para que el sentido del tacto del olfato y del oído se activen y déjate llevar por tus instintos. Las relaciones sexuales deben ser placenteras y agradables para los dos. En ellas no debe haber cabida para la culpa, para el miedo, para el arrepentimiento y mucho menos deben ser una obligación, un deber o un compromiso. Ahora, anímate a evaluar cómo está tu vida sexual y apórtale lo que haga falta para sentirte siempre satisfecha.

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